El Rey de la Cumbia (fragmento)

sábado, 23 de mayo de 2009

Atentos señores. En la radio hablan las locutoras trolas de la F.M. Tropical. El rey de la cumbia se echa Axe (el desodorante de los bailanteros) en los sobacos, el pelo, el pecho y las bolas. Se pone su camisa blanca con flores en los bolsillos. Su pantalón rica lewis y sus zapatojos del Once. ¡Señores! Ya está por salir al ring de la vida el rey de la cumbia. Baja las escaleras de su casa, se dirige a la parada del bondi. Se sienta en cualquier asiento. 23 hs. Mírenlo como baja del 168 y se dirige por la calle Salta hasta el pasaje O’Brian. No se detiene ni sonríe. No ve ni escucha a los zanganos vendedores, las putas lo perifonean, los sauneros lo agarran del brazo en vano. No hay criatura de la noche que lo detenga. ¡Va al Bronco sin parar! ¡Oh Barrio de la Sagrada Constitución qué dichoso sos, en tus venas va el anónimo e invisible rey de tus calles y de tus galpones musicales!... ¿No lo oyes respirar, echar montañadas de humo? ¿No sientes sus pasos de lata haciendo a un lado borrachos en el piso?

¡Damas Gratis, Eh, Guacha!, Pibes Chorros, Medialuna, Amarazul, karicia, Débora: Bostas! ¡Basura! Este es el rey de la cumbia y no canta. Baila, baila, paga su entrada, luces, ruidos, peleas, música stereo saliendo de los autos. Caquis (policías borrachos) arrean chicas bailanteras para culiculearlas. Y ahí voy yo, adentro de él, dispuesto a todo.. ¡El Rey paga su entrada de cinco guaracos y una consumisión gratis. ¡Gratis no hay nada y menos en el mundo de la cumbia...!

¡Qué lindo olor a Axe hay en la calle! Entro, ¡al fin libre de verdad y completamente!, me pierdo en el muchedumbraje de culos saltando y chorros de cerveza que caen al piso, clua, cluac... ¡Horriblemente hermoso el Bronco esta noche!... Qué feliz soy, porque encontraré a mi amada, a mi novia paraguaya, como a mí me gusta, y que solo hallo entre los cumbianteros del Paraguay. Oh, dondé estás mi amada de esta noche, agitadora de caderas, donde está tu culo portentoso chocando con otro gigantesco al son viroso de la cumbia, dónde están tus pechos apretados por la camisa de un machote. ¡Oh, reina de Constitución, ya voy a tu encuentro, acalorado y borracho y la pinga al palo!... Ay, qué necesidad inaplazable, incorregible, inevitable de mover todo, de entristecerse también por las letras de la cumbia villera, que retratan nuestra vida, que son gota de sangre de nuestras vivencias y sensaciones... Dale, dale, a agitar, a mover todo, sígueme con este pasito, y ahora con esta vueltita rey de la cumbia, y ahora con este meneo lubricador hasta tener las rodillas en el piso y mirarte las bolas desde abajo, qué perspectiva maravillosa, qué visión insustanciable, qué fenómeno paranormal por suerte. Y ahora subo rey total, agarrándome de tus rodillas como una comadreja, podría morderte los huevos a esta altura (¡y te los muerdo!)... Se me rompe el esqueleto si ponen otra mas, si hay otra mas suelto el alma por la boca como un gran vómito, me lleno de transpiración y te miro a los ojos, fijamente. Solté todos mis diablos y a mis temores los tiré al piso como un vasito de cerveza. ¡No mariconiemos mas y vamos directo a culear!

Por Washington Cucurto, publicado en la página de Eloisa Cartonera

Instrucciones para subir una escalera

lunes, 11 de mayo de 2009

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.

Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

de "Historias de Cronopios y de Famas", Julio Cortázar, 1962
Imagen: "Relativity" de Escher

 
El Jardín de las delicias - Design by: Searchopedia convertido para o Blogger por TNB